“Creo firmemente que para dibujar de corazón es necesario encontrarse dentro de una frecuencia adecuada que se consigue mediante un primer contacto con los materiales”
Marjan Roshan (1994) es una talentosa ilustradora nacida en Teherán (Irán). Desde bien pequeña vive en Madrid, donde ha sido criada paralelamente en la cultura persa y la española y de las que ha sabido empaparse de lo mejor de cada una.
Tiene estudios en Ilustración y en la actualidad compagina su trabajo artístico, los encargos y la autoedición con la universidad, donde está cursando el Grado en Diseño.

Su proceso creativo siempre empieza con una aproximación al soporte. “Realizo pequeños garabatos y ejercicios de línea para calentar tanto la mano como la mente y así prepararme para el trabajo posterior”, nos explica.
El grafito y la acuarela son sus técnicas habituales. En estos momentos se encuentra en un periodo de dudas acerca de cómo enfocar su trabajo e ideas por lo que la veremos experimentando con nuevos estilos, temas y técnicas como, por ejemplo, la pintura digital.

En cuanto a la temática, el retrato y la naturaleza no suelen faltar en su trabajo personal. ”Creo que las caras y las expresiones dicen mucho, y añadir elementos vegetales me hace sentir que la obra está viva y respira. Dibujar hojas, ramas y flores, ya sea con acuarela o lápiz es uno de mis ejercicios preferidos para relajarme o para realizar antes de una gran obra”, comenta Marjan.

A veces sustituye los motivos vegetales por formas abstractas, contraponiendo el realismo del rostro con manchas mucho más libres que le dan movimiento a un dibujo demasiado serio. Y como novedad, desde hace algunas semanas está probando a hacer pequeños estudios de animales, que al final acaba interpretando como retratos, decorándolos con los mismos motivos vegetales que rodean sus rostros dibujados.

Las personas son su principal fuente de inspiración. ”No puedo evitar observar a la gente de todas partes. Observo a mi familia en mi casa, a mi pareja o a la gente que veo en la calle o en el transporte público. Me fijo en sus rostros e intento imaginar cómo son sus vidas o en qué piensan. La mayoría de las veces no puedo evitar sacar una libreta y bocetar, y tengo que confesar que cuando no llevo, hago fotos a escondidas para dibujarles o simplemente para recordar esos rasgos o una expresión en concreto. Acumulo un archivo de rostros en mi mente que casi siempre se acaban asomando en el papel”.

De cara a proyectos de futuro, ha dejado de producir retratos de manera regular para ganar tiempo de experimentación, y por ahora sigue con esa dinámica. Ahora que se han acabado las vacaciones lo notarán primero en Mah Studio, el estudio de autoedición donde Daniel Díez y Marjan tienen pendiente editar nuevos proyectos para estos próximos meses.

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