Cristina Jaen (Plasencia, 1982). Ha cursado estudios de Biología Molecular en España y Ciencias Biomédicas en Reino Unido, actualmente se dedica al ámbito de la investigación clínica.

Arte y ciencia. Definiría mi proceso creativo como un diálogo entre ciencia y arte, a través de mi propia experiencia como científica y artista. “Mi inspiración viene de mi propia experiencia vital y de mi condición como mujer.”
A través de su trabajo reflexiona sobre las interconexiones entre los procesos creativos y de investigación en estas dos disciplinas. A su vez, surge la necesidad de reflexión sobre el papel de la mujer en la ciencia y el arte, así como en la sociedad. “La mujer como instrumento, como objeto, la mujer como musa”, nos cuenta.

“Para mí es muy importante captar el movimiento y como la luz es capaz de modificar la percepción visual de la obra, me sirvo de diferentes matices y texturas para expresar los procesos vitales y mi propio estado de ánimo.”
Utiliza la pintura, la fotografía, la escultura y el videoarte para expresarse. Su pintura deriva en gran parte de la fascinación que siente por la ciencia, por su estética y por la belleza expresada en cada una de esas moléculas que ha observado a diario durante su carrera científica.

“Se que puede parecer extraño unir dos conceptos que parecen tan lejanos, pero para mí no lo son, los considero mis dos pasiones y creo que ha sido la sociedad moderna y los sistemas de educación modernos los que los han separado. En mi opinión, estas dos disciplinas se complementan y retroalimentan la una a la otra. Creo que también es interesante desde el punto de vista divulgativo, tanto científico como artístico, como instrumento para acercar estas disciplinas a la sociedad”.

El tema principal de sus proyectos es la mujer. Lo demuestra con su más reciente trabajo, Inmortals, que además de estar inspirado en su propia experiencia, se trata de un homenaje a Henrietta Lacks. “Gracias a esta mujer tenemos las llamadas células HeLa que son el linaje celular humano más antiguo y utilizado con mayor frecuencia en investigación científica, gracias a ella se han desarrollado y se siguen desarrollando vacunas y medicamentos, al igual que muchos de los mayores avances científicos de los últimos tiempos. Estas células son inmortales ya que pueden cultivarse en el laboratorio constantemente, y derivan de una muestra de cáncer de cuello de útero obtenida el 8 de febrero de 1951 de una paciente antes mencionada, Henrietta Lacks”.

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