18 May Isabel Richarte, una mirada introspectiva
«Desde siempre, me ha costado mucho trabajo expresarme y hablar en público. Pero con la fotografía, encontré la forma de poder hablar sin tener que decir palabra. Para mí la fotografía es un modo de abrir mi alma, mi interior y mi ser a los demás. Es como una vía de escape, una forma de enfrentarme al mundo haciendo así partícipes a los espectadores de la realidad de mi microcosmos donde planteo cuestiones tales como la soledad, la intimidad y los estados de ánimo melancólicos en especial. A través de ésta mirada introspectiva, mi obra se convierte en un acto indispensable para el autoconocimiento».
Isabel Richarte (1995) es una talentosa fotógrafa nacida y residente en Arcos de la Frontera (Cádiz). Tras haber realizado diversos curso de fotografía impartidos en su localidad, es en 2016 que comienza a estudiar fotografía de manera formal en la Escuela de Arte de Jerez de la Frontera (Cádiz) titulándose como Técnico Superior de Fotografía.
«Entrar en la escuela fue un gran paso. Un paso muy decisivo y una especie de autodescubrimiento en el momento que más lo necesitaba. Arriesgué todo, sin importar los comentarios que me decían que no era fiable estudiar fotografía, porque todo el mundo siempre me había dicho: “no pretendas vivir del arte y menos de la fotografía”. Gracias a éste hecho, descubrí que lo que más me llena y lo que me impulsa a levantarme día a día es la fotografía», nos explica.
Cuando tiene la necesidad de crear, de enseñar a los demás lo que ven sus ojos, escribe sus ideas en cuadernos que ella misma se hace con hojas de folios y demás materiales. Afirma que le gusta sentarse en la cama de su habitación («ya que ésta es como mi santuario, el lugar de la vida donde más cómoda me siento, donde sé que yo puedo ser yo misma y nadie, absolutamente nadie, podrá juzgarme») mirar por la ventana y esperar que comience el atardecer, que el cielo se torne de un color anaranjado. Éste simple hecho, le ayuda a crear nuevas ideas. Y justo ahí, cuando coge los cuadernos y plasma todos esos pensamientos, dibujos e ideas que le han ido surgiendo a lo largo del día, es su momento para sacar todo de la cabeza al papel y para poder hacer espacio a nuevas ideas, aunque realmente éstas nunca se vayan, nunca desaparezcan.
«Muchas personas en ocasiones me piden que pare, que me relaje, que deje de ver la vida a través del visor de una cámara, pero lo que no saben es que esto es mi modo de vivir, de sentirme viva y de saber que sirvo para algo».
En cuanto a sus fuentes de inspiración, las películas de cine independiente, la música antigua, el indie o una ducha al final del día son las cosas que más le ayudan a inspirarse. Aunque confiesa que lo que realmente le inspira en la vida son las personas. «Cuando conozco a una persona, en ocasiones, con el tiempo comienzo a sentir la necesidad de hacerle fotos, de enseñar a los demás lo que veo cuando observo a esa persona. De mostrarles mi realidad, mi percepción de ese ser. Por otro lado, he tenido la suerte de contar con unos maravillosos profesores que me han enseñado una cantidad bastante grande de referentes, de personas dedicadas a éste mundo, por lo que gracias a esto, conocí a la fotógrafa japonesa Rinko Kawauchi, que desde entonces, me sirve como la mayor fuente de inspiración en mi vida en cuanto a fotografía», comenta Isabel.
Richarte se identifica mucho con la iluminación en clave alta, los colores pasteles, el minimalismo fotográfico, la narración a través de secuencias y el autorretrato. «Este último me ha ayudado a verme con otros ojos, más reales, me he acercado más a mi yo interno y he podido comprobar que me gusta lo que veo en él, me siento a gusto con ese yo. Cuando no encuentro a una persona que me inspire la única persona que me queda y sé que siempre estará dispuesta a ser fotografiada soy yo misma. En cierta forma, creo que soy mi mejor modelo, porque sé sacar en todo momento lo que necesito transmitir mediante la fotografía y con esto, puedo dirigirme sin necesidad de dar ordenes porque actúo tal y como visualizo la imagen en mi cabeza. De esta forma, el proceso de realización de la fotografía es mucho más fácil».
Por otra parte, le gusta hacer uso de su cuerpo a la hora de realizar las fotos, sobre todo de las manos, porque son una parte del cuerpo que pueden llegar a transmitir mucho.
De ella destaca el tono claro de su piel. Esa característica junto con el tipo de iluminación en clave alta es la mejor combinación ya que le gusta mostrar claridad, delicadeza y simpleza en cada una de las fotos que hace respaldadas con una conceptualidad fuerte.
Respecto a proyectos futuros, Isabel se encuentra inmersa en la realización de su TFG. En él, habla sobre la censura femenina y el poder del patriarcado sobre la mujer mediante la manipulación de fotografías con bordados.
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Pingback:Primer párrafo: se asomaba a la ventana y suspiraba mirando al cielo. – PIEZAS AZULES
Publicado a las 20:34h, 20 diciembre[…] Ilustración: collage de Isabel Richarte. […]